Por ahí tenemos la buena educación y la costumbre de agradecer a los demás, a la madre Tierra, al Universo, pero me di cuenta tiempo atrás que me olvidaba por completo agradecerme a mí misma. Al abrazarme con profunda gratitud me emocioné mucho y me di cuenta de la importancia del agradecimiento hacia mí misma. Por ahí buscamos el reconocimiento y la gratitud de los demás y nos olvidamos por completo de agradecernos a nosotros mismos.