¡Que Karma!

Así a veces solemos decir…y mezclado con todo tipo de sensaciones y emociones: bronca, resignación, angustia, tristeza y a veces hasta con desesperación. Hay mucha confusión respecto a este tema, por ahí se piensa en un castigo merecido por acciones en una vida pasada, puede generar culpa y hasta pude ver personas cargándose de responsabilidades que no eran de ellos. Mi sensación es que el Karma es aprendizaje y una oportunidad para reestablecer equilibrio, a veces resulta difícil ver con claridad si se trata de un enredo de mecanismos de la propia personalidad, ya que hay una repetición de situaciones a lo largo de la vida que es una característica sea de la propia personalidad, como de una situación karmática. Las diferencias son realmente muy sutiles y sin dudas es fundamental trabajar ante que nada en los mecanismos de la propia personalidad ya que es recién ahí que se aclarece cada vez más si hay una situación karmática que está también interfiriendo. Los “enredos” karmáticos se pueden dar en todo tipo de vínculos, personales y profesionales. Puede haber “contratos álmicos” que se han estipulado en reencarnaciones anteriores y que pueden seguir interfiriendo en esta vida. Estos “enredos karmáticos” pueden ser por ejemplo votos de matrimonio, esclavitud, lealtad, castidad, pobreza y silencio. Todas estas situaciones se pueden liberar y sanar energéticamente. El alivio puede ser enorme, sea a nivel corporal, mental y emocional. Hay situaciones donde el alivio es inmediato, en otras circunstancias hay un alivio que es suave y que va aumentando a medida que pasa el tiempo. Estas liberaciones se pueden hacer en sesiones individuales, sea presenciales que on-line.