Sanación de Alma y Cuerpo
SanAyC
Curar altera lo que es • Sanar fortalece lo que hay
Curar combate el mal • Sanar aprende del mal
Curar divide, aísla • Sanar incorpora, agrega
Curar es un acto • Sanar es un proceso
Curar controla • Sanar Libera
Un proceso de “curación” debería ser integrado por un proceso de “sanación”.
Percibo el alma como “lo que da vida al cuerpo”, lo percibo como la conciencia que tiene el ser humano. Es por esta percepción de “alma”, que siento, que para sanar el cuerpo es necesario sanar también el alma. He podido observar en mis propios procesos de sanación como se sana el alma. Entiendo por “sanar” no un “volver atrás” como uno estaba o se sentía antes, sino más bien volver a establecer un “Nuevo Equilibrio”, armonioso con el sentir con el propio cuerpo y desde ahí seguir la vida. Parto desde la convicción de que todo ser humano tiene la capacidad de autosanación. Es algo absolutamente innato en el ser humano, así como también muchísimas otras capacidades, de las cuales quizás aún no tenemos el menor conocimiento. A propósito no lo llamo “don de autosanación” si no “Capacidad de autosanación” porque entiendo por “don” una capacidad “especial” que un ser humano desarrolla en una determinada encarnación. Nuestro cuerpo tiene la capacidad de regenerarse. Todos hemos tenido en algún momento una pequeña herida, que no necesitaba de ningún tipo de medicación y que como por “magia” se ha absolutamente curado, o sea regenerado.
Y entonces, ¿Qué sucede si tomamos más conciencia de este maravilloso proceso?
Es simple, vamos ir despertando y desarrollando de a poco nuestra propia capacidad de autosanación. Hasta la física cuántica ya lo ha dicho: La conciencia modifica la materia. A lo largo de mi vida me acompañan algunos lemas, uno de los cuales es: Lo que es simple, es Sagrado. Es decir, lo que es sencillo, lo que es comprensible para todo ser humano, a todas las edades, en todas las culturas, más allá de la formación académica y/o clase social,es Sagrado. Desde mi entender lo Sagrado está hecho para que sea beneficioso para toda la humanidad. Es así que con mi manera de intercambiar con las personas en las sesiones, todos, pudieron comprender lo que estaban haciendo durante su proceso de sanación.
Siempre pido a las personas que consulten a un Médico y que sigan sus indicaciones.
Esta es una condición para poder seguir trabajando con la persona en mi consultorio. Si la persona tiene problemas físicos, puedo indicar un diagnóstico desde su origen energético, invitando siempre la persona a que consulte un médico. No doy ningún tipo de medicación, ni doy indicaciones al respecto. Cuando indico algún tipo de diagnóstico será siempre desde un sano sentido común y desde la duda. En todo este hermoso y amoroso proceso yo soy simplemente un “canal” y me entrego totalmente a la situación, mostrando a la persona un posible camino para que se desarrolle por sí mismo. Es un privilegio y un honor para mí poder acompañar a las personas en esta amorosa y maravillosa aventura de despertar la capacidad de autosanación. Para concluir cito las palabras del Dr. Francisco Occhiuzzi, que dice que todos los profesionales tienen que aprender a dedicarse a su profesión con “Espíritu de Servicio”, que es el profundo deseo de satisfacer aquellos que necesitan de nosotros. No es un acto, si no es una actitud, es una función de vida. Esto es lo que yo siento en mi trabajo.