La verdad, como mujer, no sé qué hacerme de la „igualdad de derechos“(se entiende en este caso como hombres y mujeres). La “igualdad de derechos” me da la sensación como si se diera a un pez el derecho de volar como un pájaro y a un pájaro el derecho de nadar como un pez. Necesito el derecho de ser “ser humano”, reconocer en mí la naturaleza de mujer y desde ahí ir construyéndome. Desde ese proceso siento que necesito la igualdad de dignidad.